El aporte que proporciona a la investigación el análisis químico de indicios con residuos de sustancias combustibles, recolectados en escenas relacionadas con incendios en donde se sospecha que hubo participación criminal, constituyen elementos de mucha importancia por lo que la recolección de cualquier resto de evidencia física tales como fragmentos de madera, prendas de vestir, entre otros; pueden ser utilizados como instrumentos claves para el esclarecimiento de los hechos.
El proceso de generación del fuego y posterior incendio, se produce por la combinación de tres elementos esenciales: 1) oxígeno, el cual es aportado por el ambiente en donde se desarrolla a través del aire, 2) calor, el cual aporta la temperatura necesaria para iniciar la reacción por ejemplo: el sol, una superficie caliente, una llama abierta, chispas, energía eléctrica, entre otros; y 3) combustible, tales como: gasolina, diesel, keroseno, pinturas, lacas, así como materiales sólidos o gaseosos que facilitan la propagación del fuego, por ejemplo: propano, butano, carbón, madera, papel, plástico, entre otros.
Se le llama combustible a cualquier sustancia que cuando se inflama da lugar a una rápida propagación del fuego o llamas; o bien a toda sustancia natural o artificial, en estado sólido, líquido o gaseoso que, combinada con el oxígeno produce una reacción con desprendimiento de calor. Desde el punto de vista químico los combustibles generalmente son sustancias usadas tanto en la locomoción (gasolinas, querosenos, entre otros) o como disolventes (acetona, disolventes de pintura, aguarrás, alcohol, entre otros), o cuando se encuentran en el escenario del incendio sin explicación lógica puede ser un buen indicio de intencionalidad.
La detección de estas sustancias es posible porque en los incendios no se produce una combustión completa, es decir, casi en la totalidad de los casos quedan trazas del combustible empleado, o bien se producen determinados cambios en la composición de dicho combustible. En ambos casos es posible identificar esos grupos de sustancias mediante la utilización de determinados métodos analíticos dentro del laboratorio.
En el año 2012, en el Laboratorio de Fisicoquímica del Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala –INACIF- se implementó el método para análisis de trazas de sustancias combustibles por cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas, tomando como referencia la norma E1618-06 de la Sociedad Americana para Ensayos y Materiales –ASTM- por sus siglas en el idioma inglés.
Posterior a ello, en el laboratorio de Fisicoquímica de INACIF se analizaron 37 casos relacionados con incendios, detectándose trazas principalmente de gasolina, diesel, keroseno y mezclas de estos.
Por último, el keroseno, es de uso principalmente doméstico, utilizado para la producción de luz y calor en utensilios como lámparas de iluminación, cocinas calentadores, estufas y hasta refrigeradores.
La metodología de trabajo que se sigue habitualmente en la investigación científica de la causa del fuego en cuanto a la detección de combustibles, consta de una serie de pasos dentro de los cuales cabe mencionar:
Implicó el reconocimiento de la escena así como de los indicios por parte del personal de recolección de indicios del Ministerio Público o del médico forense encargado de realizar la necropsia –si aplica-.
En esta etapa se incluye la elección de las muestras representativas que serán remitidas al laboratorio para su análisis como: fragmentos de madera, papel, prendas de vestir entre otros; así como el embalaje de las mismas en recipientes herméticos de aluminio o vidrio que garanticen la conservación de sus propiedades fisicoquímicas originales.
Recuperación de las sustancias combustibles de las muestras:
Se realiza en el laboratorio e implica los procesos de adsorción a través de la utilización de tirillas de carbón activado, las cuales se dejan dentro de los recipientes que contienen las muestras (sin que haga contacto directo con la misma) por un tiempo de 24 a 48 horas como mínimo.
El otro proceso consiste en la desorción el cual se realiza utilizando n-pentano como solvente, que extrae las sustancias combustibles que adsorbió el carbón activado. En el caso de muestras líquidas se toman 10 microlitros de la sustancia y se diluyen en 1000 microlitros de n-pentano
Identificación de los combustibles potencialmente presentes:
Las muestras preparadas se colocan en el cromatógrafo de gases acoplado a espectrómetro de masas para luego realizar la identificación de las sustancias combustibles –de estar presentes-, al mismo tiempo se analizan estándares de gasolina, diesel y keroseno, por ser las sustancias más comúnmente detectadas.
Interpretación de los resultados:
La interpretación de los resultados obtenidos se realiza al analizar el perfil característico según su composición y clasificación de acuerdo a la norma E1618-06 de la Sociedad Americana para Ensayos y Materiales –ASTM- por sus siglas en el idioma inglés.
Cada uno de estos pasos es esencial para llevar a cabo con éxito el análisis de las muestras remitidas al laboratorio. Sin embargo, el examen inicial y la posterior recuperación de las sustancias combustibles son etapas cruciales, puesto que no existiría congruencia en disponer del mejor material instrumental si no se extraen de la muestra original las sustancias potencialmente presentes en ella.
Como se mencionó anteriormente, esta técnica se implementó y empezó a utilizarse a finales del año 2012, obteniendo resultados favorables en cuanto a la detección de trazas así como mezclas: de las 37 muestras en las que se detectaron trazas de sustancias combustibles o inflamables y según los datos obtenidos desde el inicio de utilización de esta técnica hasta finales de 2013, se observó que en su mayoría corresponden a gasolina, diesel y keroseno, pudiéndose detectar también mezclas de gasolina-diesel y diesel-keroseno.
Investigación fisicoquímica de sustancias combustibles:
Para la implementación del método para análisis de trazas de sustancias combustibles mediante cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas (GC/MS) se trató la manera de abarcar una buena parte de sustancias combustibles o inflamables siempre haciendo énfasis en la categoría en las que se detectan en su mayoría los casos de esta naturaleza según la norma E1618-06 ASTM.
Las muestras utilizadas para este estudio consistieron en diecisiete fragmentos de madera quemados con cada una de las sustancias sometidas a análisis colocándolas junto con una tirilla de carbón activado en recipientes con cierre hermético; la tirilla se dejó expuesta (sin que hiciera contacto directo con la muestra) de 24 a 96 horas.
Posteriormente se procedió a la fase de extracción colocando la tirilla de carbón activado dentro de un vial de 10 mL y agregando 1000µL de n-pentano; el vial se selló adecuadamente y luego se colocó en agitación durante 3 minutos.
Por último, el pentano fue trasvasado a un vial de 2 mL y sellado respectivamente, para su posterior inyección y análisis mediante la técnica anteriormente mencionada; por último se interpretaron los resultados obtenidos, logrando establecer las características principales de cada tipo de combustible según su clasificación.
A continuación se presenta un ejemplo de un caso analizado en el mes de abril del año 2012 en el Laboratorio de Fisicoquímica del Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala –INACIF- en donde se refleja la importancia de estos análisis forenses en la investigación criminal: al Laboratorio ingresaron dos tipos de indicios:
El primero consistió en restos de ropa y un fragmento de plástico, ambos embalados en recipientes de aluminio con cierre hermético, en donde indicaba que fueron recolectados durante el procedimiento de necropsia de un cadáver denominado como XX, de sexo femenino de 30 años aproximadamente localizado en un área de la zona 1 de la ciudad de Guatemala.
El segundo indicio consistía en un líquido rojizo contenido en un recipiente de plástico con tapadera, recolectado en una vivienda cercana en donde fue localizado el cadáver. Según información proporcionada por el Ministerio Público, en dicha vivienda se observaron restos de humo o secuelas de que hubo un incendio en dicho lugar.
Luego de realizar los análisis instrumentales así como la interpretación de los resultados obtenidos, en ambos casos se detectó presencia sustancias volátiles correspondientes con Gasolina, basándose en la distribución de los picos obtenidos, la composición de hidrocarburos y la comparación respectiva con el estándar de Gasolina.
Posteriormente y mediante distintos medios de prueba, el Ministerio Público logró esclarecer el móvil del hecho, en el cual la persona sospechosa utilizó la gasolina contenida en el recipiente anteriormente mencionado y recolectado en el lugar del crimen por los peritos de escena del crimen del Ministerio Público, para quemar a la víctima, la cual, según el dictamen del médico forense, habría sido asesinada por impactos de proyectil de arma de fuego.
CONCLUSIONES
A través de la utilización del método de análisis de trazas de sustancias combustibles mediante cromatografía de gases con espectrometría de masas, es posible determinar el tipo de sustancia combustible o inflamable utilizada en escenas del crimen tales como incendios, en donde se presume hubo mano criminal y la sustancia ya se encuentra en bajas concentraciones o trazas.
La importancia de la implementación de la metodología para análisis de trazas de sustancias combustibles mediante cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas radica en que a través de la misma, se pueden detectar concentraciones mínimas de estas sustancias en restos de distintos materiales o vestigios quemados, de estar presentes; así como su composición característica de hidrocarburos, lo cual permite determinar el tipo de sustancia inflamable.
Es factible detectar mezclas de sustancias combustibles o inflamables mediante cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas siempre y cuando las sustancias sean de distinta clasificación o bien tengan componentes característicos que permitan diferenciarlos entre sí.
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